por A. Siperman*
Grande fue el agrado al recibir el llamado de los redactores de esta gaceta, folletín, periódico o, por último, blogspot (por si no creían que me mantengo informado acerca de las novedades tecnológicas). Como todos saben, hace algunos años ya que me alejé de la vicerrectoría del querido colegio, volviendo a desempeñar mi tarea como jurista.Y a pesar de dedicarme a escribir numerosos libros, lo perdí todo: mis sobresueldos, mis pomposas meriendas, inclusive he perdido mi bigote, dejando al descubierto una cara tan pueril que ya no soy recibido en las tertulias que se celebran en las proximidades de la Manzana de las Luces, tertulias a las cuales asistía nuestro fraterno Miguel Cané. No me fue tan grato tampoco ver cómo los valores de mi vida, de mi segunda casa, del gran Nacional, se han desvirtuado, se han desmoronado, y no se me ocurre más que atribuirle estas desgracias a la no tan querida rectora que hoy descansa en el despacho de mi querido compañero Horacio.
Permítanme sentar un interrogante...¿Cómo puede ser que esta mujer, que esta analfabeta, que a duras penas puede deletrar su nombre, se encargue de emanar autoridad, cuando sólo puede emanar un aliento pestilente? ¿Cómo un colegio con tradición, cuna de grandes políticos como Carlos Pellegrini, y de otros no tan grandes, como Aníbal Ibarra, puede ser hoy comandado por un orangután sin el menor sentido de la orientación? Esta pretendida socialista, esta, con el perdón de la palabra...sindicalista, hoy lleva las riendas de nuestro patrimonio, pudriéndoles los sesos con el virus, con la cepa mortal de la ignorancia.
¿No ha advertido las consecuencias catastróficas de sus "políticas reivindicativas"? Cómo puede ocurrírsele modificar el sistema de nivelación de inglés, realizando un sorteo de divisiones, dejando al azar la pertenencia a pedazos de historia, sí señor, como lo son la primera y la séptima división. Me es posible reflexionar, con el tiempo a mis espaldas, mis desaciertos: los Bad Boys no son nada en comparación con el caos reinante. Hoy "manda" acorralada por una horda de feroces bestias estudiantiles, sedientas de poder, que sólo pretenden cogobernar el Colegio, robarle a la Universidad las concesiones, y realizar críticas al manejo de fondos, jactándose de un poder crítico patético, y una visión política difusa. ¡A una débil le entregaste el colegio, oh, Horacio, a una débil! Solía conversar contigo, en las tardes, recibiendo el sol de Bolívar: Primero serán los orientales, luego los zurdos. Hoy el colegio asemeja un mosaico español: rojo y amarillo. Y sí, digo rojo, porque soy una persona con coraje, no permitiéndome jamás la desaventura de trocar la palabra "rojo" por "colorado", pero al mismo tiempo advirtiéndoles de esta amenaza: rojo es terror, rojo es sangre, roja es la cólera, el HIV, los sweaters floggers, la URSS, seguramente rojo era también el color preferido de Wagner, aunque no tenga nada que ver con su encuadramiento político.
A usted le hablo Virginia, porque tengo la virtud de poder mirar a la desgracia a los ojos, tenga la cautela de dar un paso al costado ¿O es que usted nunca leyó a Aristóteles? ¿No sabe reconocer la natural inferioridad de la mujer? Espero tenga a bien la oportunidad de tomar una, una sola decisión acertada en su vida (ya que haber tenido una hermana radical no es un mérito propio), y abandonar este experimento macabro del cual los iluminados jóvenes (vírgenes aún de toda influencia de carácter insurrecto) sólo son víctimas, conejillos de indias.
Pero no desesperéis, queridos amigos. La fuerza de la espada y de la letra quedará resguardada en las más secretas logias y cofradías, como debe resguardarse en tiempos inciertos. Pero ya volverá, con la frente en alto y las barbas crecidas, tal como el Cid Campeador (pido permiso para recomendarles leer, en el próximo año, para ese entonces ya editada, mi primera incursión a la poesía épica, llamada El Cidinsky, una maravillosa obra que resume la tradición lírica más exquisita junto con mi tradición religiosa más arraigada). Me despido con un fuerte apretón de manos y un gesto de paz.
*Abogado, ex vicerrector en el turno tarde, autor de numerosos libros de derecho y teoría política, entre ellos Una apuesta por la libertad. Isaiah Berlin y el pensamiento trágico (2000), Pensamiento trágico y democracia (2003) y El drama y la nostalgia. Racismo político, Wagner y la memoria reaccionaria (2005).
martes, 16 de junio de 2009
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En esta versión el cidinsky estafa a un grupo de catolicos usureros?
ResponderEliminarSe dan cuenta que necesitamos malos mas malos en este colegio?
necesitamos garcas de los buenos, tenemos algunos de cotillon...
Muy bueno, aunque no coincida del todo con la realidad.
ResponderEliminarJAJAJAJA
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